jueves, 9 de julio de 2009

RESEÑA CARMEN IBÁÑEZ

RESEÑA CARMEN IBAÑEZ

Estimados alumnos, profesores, padres, visitas que nos acompañan. En este día quiero presentarles a una mujer que ha dejado toda su vida en la escuela. Tenía apenas 21 años cuando llegaba a hacerse cargo de un curso y se quedó con nosotros por 43 años.

Durante todo ese tiempo tuvo ocasión de enseñar a muchas generaciones, muchos niños, muchos jóvenes, muchos de ellos ahora adultos, tuvieron la suerte de compartir con ella largas horas de su vida, recibiendo sabiduría y sabios consejos que los conducirían por la senda del bien y los ha convertido en hombres y mujeres útiles a esta sociedad.

La Sra Carmen practicó con paciencia las enseñanzas de Gabriela Mistral, dio ternura, dio compañerismo, se hizo profesional, se hizo amiga, y aprovechó cada momento de su vida para hacer de la escuela un lugar mejor para vivir y convivir. Todos, alguna vez conocimos de su amistad, de sus enojos, de sus ganas de que las cosas resulten bien. Allí puso su alma, allí puso su empeño.

A la Señora Carmen, le acompañaron todos los cambios que la sociedad fue experimentando y tuvo que ponerse al día con cada cosa nueva que decía que la Educación se iba haciendo también de otra manera, distinta a como nos habían enseñado en la Escuela Normal, pero su formación le permitía ir con los nuevos tiempos y poner su profesionalismo al servicio de los niños y jóvenes de nuestra escuela.

Se distinguió por ser una magnifica compañera de los nuevos colegas que asomaban su inexperiencia y buscaban una mano que les pudiera brindar el apoyo que requerían, tanto así que se confundía la profesional con la amiga, en una amalgama de guía y felicidad.

Muchos son los que tienen una historia en común con la Sra Carmen y muchas son las vivencias que se han compartido dentro y fuera de las fronteras de nuestra escuela, pero todas ellas han sido enriquecidas con su calor y sabiduría.

En esta hora cabe darles las infinitas gracias por lo que ha hecho, hacer nuestro más grande reconocimiento y tributo a lo que representa su figura de mujer grande y engrandecida por sus acciones, desearle un feliz pasar en su nueva vida, pedirle que no nos olvide y que lleve siempre este trozo de su vida dondequiera que vaya.

Sra. Carmen, gracias una vez por estar entre nosotros, gracias a su familia por haberse restado de su compañía por tantos años, gracias a nombre de todos los que sentimos de ud. la palabra oportuna y el gesto amable de quien actúa con sabiduría y prestanza. Gracias, mil gracias y hasta siempre.

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